DECONSTRUCCIÒN
El término inglés deconstruction se usa para hacer referencia a un movimiento crítico inaugurado con una ponencia de Jacques Derrida. La Deconstrucción se plantea como una crítica de los métodos tradicionales e, incluso, de la teoría literaria misma; es una modalidad concreta de lectura de textos; los deconstruccionistas no tienen un método.
La deconstrucción no prefiere no interpretar, no asignarle un contenido a un texto porque ese contenido nunca será la última palabra sobre el tema; va deconstruyendo las oposiciones que son en gran parte la base del pensamiento Estructuralista.
La deconstrucción parte de una distancia evidente respecto a tres conceptos: Totalidad- qué la obra puede ser aprehendida en su globalidad-, sentido- es interminablemente alegórico y por ello, doble-, y el centro –el eje en torno al cual gira todo lo demás.
La deconstrucción separa la escritura de la intención del autor, de las expectativas del receptor y de los rasgos contextuales para poder afirmar así que la escritura está libre de todo significado trascendental.
Paul De Man cree que no existe una lectura errónea opuesta a una lectura correcta, sino que la errónea es requisito necesario de toda lectura. La lectura es un errar continuo que ni una crítica técnica ni una deconstructiva puede detener.
Para J. Hillis Miller, la crítica deconstructiva se centra en una afirmación y en una negación de esa afirmación. El proyecto deconstructivo de Miller se centra en tres puntos:
- Interpretación del texto siguiendo el laberinto histórico que propone el injerto textual.
- Tratar de encontrar el elemento que en el sistema estudiado resulta alógico y rompe con la unidad de sentido.
- Demostrar que el texto se autodeconstruye a sí mismo sin necesidad de que nadie lo haga por él.